Leer | ROMANOS 5.1-11 31 de julio de 2013 La gracia es la bondad y la benevolencia de Dios para con quienes no las merecen ni tampoco pueden ganarlas. Cada día, Dios hace posible que nuestro corazón lata, que nuestro cuerpo sane, y que podamos dar y recibir amor, aunque lo rechacemos. Dios ofrece perdón a los rebeldes, libertad a los pecadores y comunión personal con Él. Toda persona que pone su fe en Cristo como Salvador tiene acceso al trono de la gracia, donde el Redentor sirve como sumo sacerdote, intercediendo por los suyos (He 4.16; 7.25). Sabemos que podemos acercarnos a Dios con confianza, porque no hay ninguna condenación para quienes pertenecen a Él (Ro 8.1). Pero no siempre fue así. Israel, el pueblo elegido de Dios, vivía bajo la Ley, no bajo la gracia. Porque ellos, al igual que nosotros, fueron desobedientes, Dios en su misericordia estableció el sistema de sacrificios para darles temporalmente y de manera simbólica el perdón de pecados. Pero Jesús nos da un p...