22 de
agosto de 2014
Orar de
manera efectiva no es algo que sabemos hacer de manera natural; para la mayoría
de los creyentes es algo que necesitamos aprender. De hecho, uno de los
discípulos que caminó con el Señor Jesús le pidió ayuda en cuanto a este asunto
(Lc 11.1).
A menudo
escuchamos peticiones centradas en bendiciones, salud y protección. Y aunque
está bien orar por cosas como esas, hay otra manera más poderosa, de orar:
utilizando la Sagrada Escritura para hablar con el Padre celestial.
El apóstol
Pablo es el autor del pasaje de hoy. Nos muestra las peticiones específicas que
trajo al Señor en cuanto a la iglesia en Colosas. Ellas también se aplican a
nosotros en la actualidad. Enfoquémonos en las dos primeras peticiones hoy, y
en las cuatro restantes el fin de semana.
Pablo rogó a
Dios que los cristianos de Colosas . . .
• Entendieran el plan de Dios para sus
vidas. Aunque el Señor normalmente no revela todo de inmediato,
dará a quienes le buscan suficiente información para que confíen en Él y
obedezcan su dirección.
• Anduvieran de una manera digna de Cristo
y agradable a Él. Pablo anhelaba ver que las vidas de los
colosenses fueran cónsonas con su verdadera identidad espiritual (Gá 5.22, 23).
Uno
de los regalos más grandes que podemos dar es orar por una persona. Y no hay
una manera más poderosa de hacerlo que con las palabras de la Sagrada
Escritura. Colosenses 1.9-14 es un bello ejemplo de
un pasaje de cómo orar por nuestros seres queridos y por nosotros mismos ante
el trono de Dios.
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