Skip to main content

El Juez


Leer | HECHOS 10.42, 43

12 de septiembre de 2012

Durante nuestra vida terrenal, Jesucristo es nuestro Señor y Salvador. Por otra parte, a medida que nuestros días aquí se acercan a su fin, y especialmente los del mundo, Él toma su asiento como Juez y se prepara para premiar a los creyentes por las cosas buenas que hicieron en su nombre.

Creo que hay un concepto equivocado y generalizado, de que Dios Padre será nuestro juez. Pero es Cristo quien nos dio la responsabilidad de ir al mundo y hacer discípulos (Mt 28.10). Por tanto, a Él le ha sido dado el derecho de determinar cuáles de nuestras acciones y pensamientos llevaron adelante su objetivo (Jn 5.22).

Cristo es un juez imparcial. No es influenciado por lo que piensen o digan los demás, Él decide lo que es bueno y justo basándose en su justicia. Nos serán quitadas nuestras obras sin valor —en otras palabras, las acciones y las palabras que utilizamos por ambición egoísta o vano engreimiento. Lo único que permanecerá son las cosas meritorias que pensamos, dijimos e hicimos para honrar a Dios. Estos son los aspectos valiosos de nuestras vidas por los que seremos recompensados.

La recompensa es precisamente la razón por la que los creyentes estarán delante del tribunal de Cristo. La vergüenza y la culpa por los pecados del pasado, y las motivaciones equivocadas, no tendrán ningún lugar allí (Ro 8.1).

Cristo mostrará quién es usted en realidad, al desechar las cosas sin valor que haya hecho. Lo que quede será el hombre o la mujer que trató de agradar al Señor. Tomemos la decisión de ser reflejos poderosos de nuestro Salvador, tanto en la tierra como en el cielo.

Dios te bendiga!
Amen

Comments

Popular posts from this blog

COMMIT TO

In the face of widespread insecurity, fear, and hopelessness, our nation desperately needs your prayers. Join us in praying for our nation, that God will heal our land.

Pablo reprende a Pedro

Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. Y si buscando ser justificados en Cristo, tamb...

El quebrantamiento de Pedro

If you are unable to see the message below, click here to view .     Leer | Lucas 22.54-62 11 de noviembre de 2014 El orgullo de Pedro era un obstáculo para los propósitos de Dios. Cristo buscaba a un siervo-líder para que guiara a los creyentes una vez que Él regresara al cielo. El antiguo pescador era un impulsivo sabelotodo, pero el Señor vio su potencial a pesar de su arrogancia. Por eso, el gran Artesano utilizó una filosa herramienta —la humillación— para quebrantarlo. Cuando las palabras del Señor estuvieron en conflicto con la opinión de Pedro, el discípulo reprendió temerariamente a Jesús. El Salvador respondió con una virulenta reprimenda, tanto para silenciar como para enseñar ( Mt 16.21-23 ; Jn 13.5-8 ). Inclusive, Pedro incumplió su promesa de morir por el Señor cuando lo negó tres veces ...