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When We Feel Inferior

Feb 01, 2013
Many Christians wrestle their whole life with a crippling sense of inferiority. Such feelings, which can be devastating, are a barrier to good relationships and genuine contentment. There is, however, a way out for the believer. Feelings of inferiority can be healed.
After salvation, the first step toward healing is to get God’s viewpoint of yourself. Ephesians 2:10 spells that out clearly: it says you are His workmanship—He is at work in you, and He doesn’t turn out shoddy products. In fact, the word workmanship here means “masterpiece.” Would He allow His masterpiece to end up inferior? Absolutely not! His work in you is perfect. If you doubt that, you might be looking at others and thinking that you don’t measure up to them. Of course you don’t. God has designed something different for them. Because you are unique, there’s no one with whom you can compare yourself. God is fitting you for a purpose like no one else’s.
Another step in the healing process involves understanding what God expects of you. Too many believers set higher standards than God does, and they count on instant maturity. Of course, God wants us to become full-grown and reflect His image, but He doesn’t expect it overnight.
Our Creator knows the weakness of our human frame, and He is supremely patient with us. When we fall, He expects us to come to Him for cleansing and then to keep on moving ahead. Each of us is “a work in progress,” and in due time, God will complete His masterpiece.
God bless you!
Amen

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