¡Hoy únete a mí, mientras junt@s exaltemos la grandeza del Señor!
¡Oh, qué bueno es el Señor, el Salvador, nuestro amigo, el amante de nuestra alma! El Señor ha estado con nosotr@s, y nunca nos ha olvidado. Su consuelo es todo lo que necesitamos.
Nada – nada bueno, nada malo – ha ocurrido por casualidad ni es circunstancial, sino que es parte de un plan formulado para mi vida y para tu vida, y así Él complacerse en ella. Él es bueno y digno de nuestra alabanza. ¡Exaltemos hoy el nombre del Señor!
¡Oh, qué bueno es el Señor, el Salvador, nuestro amigo, el amante de nuestra alma! El Señor ha estado con nosotr@s, y nunca nos ha olvidado. Su consuelo es todo lo que necesitamos.
Nada – nada bueno, nada malo – ha ocurrido por casualidad ni es circunstancial, sino que es parte de un plan formulado para mi vida y para tu vida, y así Él complacerse en ella. Él es bueno y digno de nuestra alabanza. ¡Exaltemos hoy el nombre del Señor!
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