Leer | HEBREOS 6.7-12
7 de febrero de 2013
Algún día, usted y yo estaremos de pie en la presencia del Dios santo, y nuestra vida será evaluada. En ese día, nuestras obras serán juzgadas, y seremos recompensados como corresponda.
Será un momento muy solemne, porque algunos sufrirán grandes pérdidas, mientras que otros recibirán grandes recompensas. Aquí no estoy hablando de la salvación, porque la salvación nunca es una recompensa por el servicio; ella es, simplemente, un regalo que se da a todos los que reciben a Jesucristo como Salvador. Pero las recompensas son diferentes; están unidas al servicio.
Jesús nos dice mucho en la Biblia en cuanto a las recompensas que recibiremos por servir. También utilizó palabras fuertes para referirse al hombre que había escondido su talento en vez de ponerlo a producir. En la parábola, su amo lo llamó “malo y negligente”, y luego le quitó lo que le había dado antes (Mt 25.26).
El Señor nos hizo también otra advertencia: No debemos realizar el servicio cristiano para asegurarnos de que las personas que nos rodean nos vean. Cuando eso sucede, Él dice que perderemos nuestra recompensa en el cielo (6.1-6). Todo lo que pueda haber sido reservado para beneficio propio se perderá, y lo único que ganaremos será el reconocimiento de los demás.
La mejor manera de servir a Dios es hacerlo por amor a Él. Cuanto más conozca usted a Dios, más lo amará y más deseará servirlo. Y cuanto más lo sirva, más honrará Él su servicio. Esto nos lleva a amar más a Dios, y ese ciclo continuará por toda la eternidad.
Dios te bendiga! Amen |
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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