Leer | 2 CORINTIOS 2.15-17
17 de octubre de 2013
La mayoría de nosotros suponemos que los sentimientos de insuficiencia son enemigos que deben ser vencidos, en vez de amigos que deben ser empleados. Sin embargo, en algunos casos estos sentimientos pueden prepararnos para alcanzar grandes logros.
Esto es lo que el apóstol Pablo descubrió cuando se dedicó a predicar el evangelio. A pesar de su gran erudición y sus muchos dones, Pablo reconoció que no era digno de trabajar para el Señor. Gracias a esa actitud, pudo ir más allá de sus limitaciones personales y experimentar el poder sobrenatural.
Sin embargo, nos dejamos vencer fácilmente por nuestras insuficiencias, usando nuestras limitaciones como excusa para no asumir tareas difíciles; cuando recibimos el llamado a servir, decimos: “No puedo hacer esto” o “no quiero tener esa responsabilidad”. Pero nuestras excusas son inaceptables porque el Espíritu Santo nos dará el poder para realizar cualquier tarea que el Señor nos asigne.
A menos que hagamos uso del poder sobrenatural de Dios, corremos el riesgo de fracasar una y otra vez. Primero, nos perdemos del gozo, la paz y el contentamiento que se derivan de responder por fe al llamamiento del Señor, y de experimentar su poder. Además, nuestra vacilación puede privar a otras personas de los beneficios de nuestro servicio.
Quizás usted sienta que no tiene mucho que ofrecer, pero si es un hijo de Dios Él le ha equipado con todo lo que necesita para servirle. Jamás subestime la influencia de una persona que ha aprendido a depender de la suficiencia del Dios todopoderoso.
Dios te bendiga!
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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