Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros. (1 Juan 1:9, 10 NVI) Cuando reconocemos que somos pecadores sabemos y reconocemos lo que Juan nos esta diciendo. No tienes porque confesarlo a alguien igual que tu, que también es pecador igual que tu. Gracias a Dios que envió a su hijo Jesús a morir por nosotros y al tercer día resucitar, para hoy nosotros directamente a El; poder confesarnos con El y El mismo limpiara nuestros pecados exactamente como lo hizo en la cruz con su sangre preciosa. Por eso es que somos pecadores esta en nuestra carne y Jesús es el único que te puede limpiar. No hay pecado pequeño, ni grande para Dios todos somos pecadores. Examínate porque es tiempo de cambiar el rumbo que estamos llevando a nuestra juventud y nosotros los adultos somos los responsables de esto. Orar sin cesar!! Dios te bendiga!! Amén
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