Leer | HECHOS 8.4-39
27 de septiembre de 2013
Ayer mencionamos tres aspectos del testimonio personal del cristiano. Hoy daremos un vistazo a un personaje bíblico que ejemplificó estas cualidades. En Hechos 8.5, 6, Felipe llevó las buenas nuevas de Jesucristo a Samaria, y la multitud lo escuchó con atención. Debió haber sido emocionante para él ver tan cálida receptividad al evangelio. Pero, a pesar de esto, él demostró obediencia al Señor al cumplir de inmediato la orden de partir y llevar el mensaje a Gaza. El carácter piadoso de Felipe fue evidente por su sensibilidad al llamado del Señor, y por su disposición a obedecer en el acto, sin importar el costo.
También vemos que la conducta de Felipe estaba acorde con su carácter. Permitía que los principios correctos lo guiaran, y sus acciones estaban en armonía con sus convicciones. De haber decidido Felipe desobedecer al Señor, o si su fe no hubiera sido genuina, su conducta habría revelado motivos contrarios a Dios, y su testimonio habría carecido de valor.
Ya sea que Felipe se dirigiera a grandes multitudes, o hablara con una sola persona, sus palabras apuntaban a Jesucristo. En los vv. 25-39, enseñó las Sagradas Escrituras a un viajero, y lo bautizó. Felipe pensaba cuidadosamente sus palabras, y se aseguraba de que ellas dirigieran a otros al Salvador.
Felipe es ejemplo de un creyente que confiaba en Cristo, sin importar la situación. Su fe firme y fervorosa se revelaba en la manera como testificaba con su vida. Cuando usted enfrente diferentes situaciones en el día, trate de ser como Felipe. Permita que el Señor guíe su carácter, su conducta y sus palabras.
Dios te bendiga!
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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