Leer | ROMANOS 8.16-18
30 de mayo de 2013
Cuando surgen las dificultades, ¿cómo puede usted estar seguro de que está respondiendo de la manera que agrada al Señor? Aquí tiene un acróstico de la palabra adversidad, que le dice los pasos que debe seguir:
Acepte los acontecimientos de su vida como parte de la preparación de Dios.
Decida seguir el modo como Jesús respondía a las pruebas. Virar a la derecha o a la izquierda no ayudará en nada, sino mantenerse en el camino de la obediencia. Espere que el Espíritu Santo le ayude a crecer por medio de las dificultades. Recuerde cómo el Señor le ha ayudado en el pasado. Su rostro debe ser como un pedernal (Is 50.7) para soportar las pruebas sin desfallecer. Invierta más tiempo con Dios. Deposite su confianza en el Señor, especialmente cuando no entienda. Anhele estar listo para el regreso de nuestro Salvador. Dedique tiempo para orar.
La adversidad, o bien nos fortalece, o bien nos debilita. Algunas personas endurecen su corazón y se rebelan contra Dios en tiempos de adversidad, pero las que saben cómo responder son ablandadas por los problemas, y quebrantadas. Cuando viene del Señor, el quebrantamiento es algo positivo que nos prepara, equipa, energiza y fortalece como hijos del Rey. Llegaremos a conocer la comunión de los sufrimientos de Jesús y proclamar como Pablo: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Co 4.17).
Dios te bendiga!
|
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
Comments
Post a Comment