Leer | LUCAS 24.36-49
25 de mayo de 2013
¿Qué tan necesario es el Espíritu Santo para quienes desean tener una vida agradable a Dios? Como respuesta, podemos encontrar un claro ejemplo en la Biblia. Jesús había dicho a sus discípulos que esperaran en Jerusalén hasta su bautismo por el Espíritu (Hch 2.1-4). Este grupo escogido de hombres había convivido con el Señor y escuchado sus enseñanzas por más de tres años; no obstante, Él sabía que no podrían iniciar su trabajo sin el socio divino que Dios había dispuesto para ellos. Lo mismo se cumple en nosotros hoy.
¿Quién es el Espíritu Santo? Es llamado la tercera persona de la Trinidad; los otros dos miembros son Dios Padre y Dios Hijo. Al igual que ellos, Él es plenamente Dios. Algunos cristianos piensan erróneamente que el Espíritu es una fuerza o un poder, pero la Biblia dice que es una persona, alguien a quien podemos llegar a conocer.
Él es también la promesa del Padre. Dios prometió enviar su Espíritu como consolador y ayudador de cada persona de su familia. Llamado el Espíritu de verdad (Jn 14.16, 17), Él se encarga de transformarnos a la imagen de Jesús.
Además, el Espíritu Santo es un regalo para todo cristiano. En el momento de la salvación, Él es enviado a vivir dentro de cada creyente, sellándole como hijo o hija de Dios (Ef 1.13). Nosotros no tenemos que orar para recibirlo, ni hacer nada para conseguirlo. Su presencia es un regalo prometido que nos fue dado por Dios el día de nuestro nacimiento espiritual. Al conocer mejor al Espíritu Santo y escuchar con atención lo que Él dice en la Biblia, usted podrá agradar al Padre (Col 1.10).
Dios te bendiga!
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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