Leer | FILIPENSES 3.7-11
15 de mayo de 2013
El mundo está lleno de consejos sobre cómo fijarnos metas y lograrlas. En cada caso, los pasos empiezan con nosotros —identificar qué queremos llegar a ser, y lo que tenemos que hacer para ser “exitosos”. Sin embargo, para el cristiano, el fijarse metas comienza con una actitud y un enfoque centrados en Dios.
Con el deseo de ser lo que Dios quiera que sea, y de confiar en que el Señor le dará dirección en todos los aspectos de su vida. Estos aspectos implican identificar los pasos que Dios quiere que tomemos, pero muchas veces no seguimos su camino. Pensemos en qué es lo que nos detiene.
A algunas personas les falta conocimiento en cuanto a cómo identificar el plan del Señor, mientras que otras son perezosas. La solución en ambos casos es prestar atención a la Palabra de Dios. Si invertimos tiempo en estudiar la vida de Jesús y su Palabra, aprenderemos sus normas para la vida, y entonces seremos capaces de identificar los pasos específicos a seguir. Esto requiere esfuerzo y compromiso, pero la recompensa es grande.
La falta de fe puede ser otro obstáculo. Podríamos pensar: ¿Por qué debo fijarme metas si estoy convencido de que no puedo hacer lo que Dios me está pidiendo? La fe madura por medio del estudio sistemático de la Biblia, aplicar los preceptos bíblicos, y fijarse metas más pequeñas.
El temor al fracaso puede también impedir que nos fijemos metas. Pero podemos vencer este obstáculo recordando que en Cristo no hay condenación (Ro 8.1).
¿Desea usted llegar a ser más como el Señor Jesús? Fijarse metas con la actitud y el enfoque correctos le servirá de ayuda.
Dios te bendiga!
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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