Leer | ROMANOS 12.5-7
9 de noviembre de 2012
A los ojos de Dios, cualquiera que peca es un rebelde, y Romanos 3.23 nos dice que todos somos pecadores. Ahora bien, es entendible que un incrédulo decida actuar sin tener en cuenta la enseñanza bíblica. Pero ¿qué de los que hemos consagrado nuestra vida a obedecer a Cristo? ¿Qué nos hace apartarnos de la voluntad de nuestro Padre celestial?
Hay dos tendencias humanas muy fuertes que llevan a la desobediencia: la duda y el orgullo. Ambas pueden ser peligrosamente engañosas.
Sea cual sea la causa, el pecado lleva a la muerte. El camino de Dios es la única vía que lleva a la satisfacción, la paz y la vida.
El enemigo quiere atraernos con la duda y el orgullo: creemos que ambos están bien, y los justificamos fácilmente desde nuestra perspectiva. Pero los creyentes deben seguir más bien las sabias palabras de Josué: “Escogeos hoy a quién sirváis… pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Jos 24.15).
Dios te bendiga!
Amen
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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