Leer | DANIEL 6.1-28
12 de noviembre de 2012
Inmediatamente después de enseñar a sus discípulos cómo orar, el Señor Jesús hizo una advertencia en cuanto a no dejar que la falta de perdón se anide en el corazón. Dijo que quienes se niegan a perdonar a otros, no serán perdonados por el Padre.
Los creyentes no pierden su salvación cuando rehúsan perdonar pero interrumpen su relación con Dios. La actitud contumaz estorba la confesión y el arrepentimiento. El Señor no puede pasar por alto el pecado, y su Espíritu le hará saber al creyente cuando exhibe una conducta pecaminosa, hasta que se ocupe de ella.
El perdón es un acto de la voluntad más que del corazón. Muchas veces, las personas no sienten que deben tener misericordia con quienes las han agraviado. Pero un espíritu rencoroso se convierte en una carga terrible. El Señor sabe que el perdón es lo mejor, aun cuando sea difícil.
Usted no se encargará de un pecado hasta que lo vea como Dios lo ve. Por tanto, acepte toda la responsabilidad por su actitud, y reconozca que eso es una violación de su Palabra. Acoja la misericordia divina, y pídale que le dé fuerzas para despojarse de la ira y el resentimiento. Como parte de su decisión de seguir siendo compasivo, desarrolle el hábito de orar por quienes le hirieron. Y si el Señor lo impulsa a hacerlo, busque el perdón de esas personas por la actitud pecaminosa.
Un espíritu de amargura y resentimiento no cuadra con lo que somos en Cristo. Ni tampoco es saludable andar con una actitud amargada. Por eso es tan importante perdonar. Decida verse libre de su carga; el Señor prometió hacernos libres si le entregamos nuestros pecados (Jn 8.36).
Dios te bendiga!
Amen
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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