Leer | LUCAS 2.1-7
17 de diciembre de 2012
A veces, es difícil ver cómo Dios puede sacar algo bueno de nuestras situaciones malas. Pero Él saca lo bueno de las circunstancias más desastrosas, tales como la conquista romana (algo malo), la cual hizo posible la construcción de caminos para llevar el evangelio (algo bueno).
Antes del surgimiento del Imperio Romano, la potencia mundial era Grecia, cuya atrayente cultura llevó a muchos a desear la helenización. Además, cuando Alejandro Magno conquistaba países, obligaba a sus hombres a servir en su ejército y aprender a hablar el griego común. Al ser dados de baja, estos hombres llevaban el nuevo idioma a sus países de origen, ayudando así a crear una lengua que iban a compartir diferentes pueblos. Este era el sistema perfecto para la difusión del mensaje revolucionario que saldría de Israel unos siglos más tarde.
Los romanos abrieron nuevos caminos en los territorios que habían conquistado, y protegieron las rutas terrestres y las costas, garantizando así la relativa seguridad de los primeros misioneros cristianos.
Quizás José y María viajaron por uno de esos caminos en su viaje de Nazaret a Belén. Ya sea que lo hicieran o no, Dios convirtió una inconveniencia —un censo obligatorio— en una bendición: el nacimiento de Jesús, el Mesías, precisamente en el momento y en el lugar profetizado.
Desde el momento en el Edén, cuando fue garantizada la derrota de Satanás, hasta el momento en que Cristo cumplió la profecía en la cruz, el Padre celestial sacó siempre algo bueno: su plan para salvar al mundo. Los romanos hicieron las carreteras, pero Dios preparó el camino para un Salvador.
Dios te bendiga!
Amen
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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