Leer | FILIPENSES 4.6, 7 27 de agosto de 2013 Las frustraciones pueden ser difíciles de soportar. En un momento, la vida parece ir por buen rumbo hacia lo que esperamos y soñamos. Pero en el siguiente, nuestro camino es bloqueado. ¿Cómo respondemos en momentos como esos? Si nuestro corazón está abocado a cierta línea de acción, podemos autoconvencernos de que es la voluntad de Dios, y seguir adelante. Podemos hacer una breve oración pidiendo la ayuda o la bendición de Dios, pero con el deseo de continuar. Al manipular a las personas o las circunstancias, pudiéramos conseguir lo que queremos, pero estar fuera del plan de Dios. Otra respuesta ante un camino bloqueado, es el trastorno emocional. Enfrentamos el peligro de funcionar por nuestros sentimientos, y reemplazamos una perspectiva centrada en Cristo con otra centrada en nosotros mismos. Las emociones fuertes pueden ser una tentación para culpar a otros, incluyendo al Señor. La ira contra Dios puede, a la vez, llevarno...