Leer | EFESIOS 2.1-10
10 de agosto de 2013
El helado es un postre popular, aunque cada heladería sirve porciones diferentes. A quienes lo disfrutan no les lleva mucho tiempo identificar los establecimientos que ofrecen raciones más abundantes.
En el caso de Dios, Él es muy generoso, pues hace que su gracia abunde en nosotros para que tengamos todo lo que necesitamos para servirle y obedecerle (2 Co 9.8). Y Él nos asegura que su gracia, es decir, su bondad y favor inmerecidos, se extenderá a todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo nuestras finanzas. Lo hace para que podamos invertir generosamente en su Reino con nuestros recursos y nuestras vidas.
Pero la definición de generosidad varía mucho. Algunos cristianos entienden los preceptos de Dios y dan de buena gana y en abundancia. Estos creyentes han aprendido que Dios bendice nuestras finanzas para que podamos ser generosos con los demás, en vez de ocuparnos solamente de nuestra propia prosperidad. Para otros, dar está “bien” —dan fielmente una “cantidad adecuada”. Pero, lamentablemente, demasiados hijos de Dios se muestran avaros para con Él: o bien se niegan a compartir mucho de lo que tienen, o bien gastan la mayor parte en sí mismos.
La generosidad es un asunto del corazón y un estilo de vida. Cuando el enfoque está en los demás, se les da con libertad y alegría. Las personas con esta actitud confían en que Dios suplirá sus necesidades, y por eso se sienten libres para dar lo que desearían guardar para sí mismos. No importa lo poco que tengamos, el Señor quiere que seamos dadivosos. ¿Conoce a alguien que es considerado generoso? ¿Es usted esa persona?
Dios te bendiga!
|
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
Comments
Post a Comment