Leer | ROMANOS 12.1, 2
19 de agosto de 2013
Si las personas fueran sinceras, muchas dirían que su cristianismo apenas se parece a la experiencia de fe que Dios ha prometido. Luchan una y otra vez con los mismos pecados, se quejan de que Dios rara vez responde las oraciones, y se preguntan por qué no les ha concedido los deseos de su corazón. De cualquier forma, la mayoría de los creyentes nunca dejan de preguntar: ¿Por qué Dios no me bendice?
La respuesta a esa pregunta puede revolucionar nuestra vida si estamos dispuestos a cumplir con la condición de Dios para bendecirnos. Hemos sido creados con la capacidad de experimentar lo mejor del Señor en todos los aspectos de la vida, pero para que eso suceda, debemos ofrecernos en sacrificio vivo. En otras palabras, debemos separarnos del mundo y darnos a Dios para sus propósitos.
No se deje engañar por la creencia común en cuanto a lo que debe ser un siervo. Dios no llama a los débiles a estar sometidos a los poderosos. En realidad, los creyentes somos las personas más libres del mundo, porque tenemos la confianza de que nuestro Padre celestial nos dará lo mejor a cambio de nuestra entrega a Él. Es posible que lo mejor de Dios no siempre parezca interesante al comienzo, pero la experiencia nos enseña que Él dirige todas las cosas para nuestro provecho (Ro 8.28).
Nunca podemos estar satisfechos con menos de lo mejor del Señor. Evitar nuestro sometimiento a Él dará como resultado años malgastados buscando sus bendiciones. En cambio, nuestros corazones se llenan de paz y gozo cuando nos acercamos a Él.
Dios te bendiga!
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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