Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes. (Salmos 46:1-3 NVI) En estos momentos sería bueno para mi esposa y para mi decir y creer este Salmo 46. Pero nosotros hemos estado en batalla desde que decidimos seguir a Cristo en entrega total. Y no sólo sabemos que Dios es nuestro amparo si no que se lo hemos testificado a todos. Cristo vive y esta a tu puerta llamando a tu ayuda y sacrificio no esperes estar en mi situación para buscarlo, alabalo en tristeza y en gozo también. Sólo tu puedes hacer la decisión no esperes por nadie al momento de irnos nadie espera por ti. Orar sin cesar!! Dios te bendiga!!
Amén
Amén
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