Leer | GÉNESIS 3.1-24
13 de marzo de 2013
Satanás es tan astuto que fue capaz de engañar a Eva para que pecara. Su respuesta a la pregunta que él le hizo (Gn 3.1, 2) revela que Eva sabía exactamente lo que Dios le había dicho. ¿No somos también nosotros así hoy? Sabemos exactamente lo que dice la Palabra de Dios, pero muchas veces no obedecemos al Señor.
¿Pasa usted más tiempo complaciendo sus deseos, incluso si eso significa, practicar el pecado en lugar de meditar en las Sagradas Escrituras y orar? Tenemos un enemigo que no solo es sagaz e inteligente, sino también cruel e implacable. Su objetivo es alejarle de su Creador, detener su crecimiento como creyente y minimizar su influencia en bien del reino de Dios. Él conoce sus debilidades; también sabe cómo sorprender, atraer y disfrazarse.
Por esta razón es imprescindible que cada creyente mantenga una fuerte defensa por medio de una comunión renovada y continua con Jesucristo. Él es nuestro refugio, y su Palabra un arma muy eficaz.
El Señor es santo; Satanás es perverso. Aprenda, por lo tanto, a responder a la tentación sabiendo que el origen de ella es un enemigo perverso decidido a robarle su gozo y a destruir su efectividad como hijo de Dios. Por lo tanto, acuda al Señor y pídale que le ayude a vencer. Él es el Aquel que puede —y está dispuesto— a darle la victoria.
Recuerde esto: “Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Jn 4.4). Acuda al Señor cuando Satanás le lance sus dardos. Ore, diciendo: “Gracias, por ser tu hijo. Te ruego que me protejas”. Y Dios, que es fiel, le dará su ayuda para que escape (1 Co 10.13).
Dios te bendiga!
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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