Leer | HECHOS 24.10-16
27 de junio de 2013
Cuando usted enfrenta decisiones difíciles, ¿le presta atención a su conciencia?
Dios nos ha dado a todos una “brújula moral”. De hecho, reflejar su verdad en el interior de cada persona, es una manera que Él tiene de revelarse a sí mismo a la humanidad. La conciencia es una alarma que nos alerta en cuanto al peligro o las consecuencias que se aproximan. Su propósito principal es dar protección y guía.
Pero el pecado pervierte la conciencia. Por tanto, es importante entender la diferencia que hay entre seguir a nuestro corazón, y dejar que una conciencia limpia nos ayude a tomar decisiones.
Si el criterio del mundo ha infiltrado su corazón, entonces usted no puede confiar en su conciencia. Pero si ha permitido que la Palabra de Dios transforme su mente (Ro 12.2), su voz interior será confiable.
El Espíritu Santo, junto con una conciencia iluminada divinamente, guía a los creyentes. Para mantener una brújula interna, debemos meditar constantemente en las Sagradas Escrituras. Los Diez Mandamientos son una base sólida en cuanto a la moralidad, y somos sabios cuando los internalizamos, especialmente de la manera que el Señor Jesús los resumió: amar a Dios por sobre todas cosas, y amar a los demás (Mt 22.36-40).
¿Qué diría usted que impacta más sus convicciones? ¿La verdad de la Biblia, o los parámetros del mundo? El Dios todopoderoso sabe que lo mejor para usted es su hijo Jesucristo; Él le dio una conciencia para ayudarle a tomar decisiones sabias.
Dios te bendiga!
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
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