Octubre de 2012
Con mucha frecuencia llegamos al final de un día y decimos: ¿En qué se me fue el tiempo? ¿Qué logré hacer en este día?
Para nosotros es natural sentirnos frustrados cuando las interrupciones y distracciones nos impiden cumplir con nuestras responsabilidades. Por eso estoy muy agradecido por lo que la Biblia nos dice acerca de tener una vida productiva y satisfactoria.
El secreto es muy sencillo: iniciar cada mañana con oración. Principiar haciendo a un lado nuestro programa para ese día para entregarnos a consultar la Palabra de Dios. Proseguir a entrar en comunión íntima con Dios antes de abordar las tareas que confrontemos.
Después, oremos más o menos como sigue: “Señor, te invito a que en este día me indiques qué debo hacer. Dirige mis pasos y ayúdame a tomar las decisiones correctas. Hazme sensible a tu voluntad, especialmente si deseas cambiar mis planes”.
Dios es fiel. Él nos guiará paso a paso y nos capacitará para ejecutar las metas que tiene para nosotros. Nuestro trabajo consiste simplemente en obedecerle.
Gracias por sus oraciones fervientes a favor de Ministerios En Contacto. Siempre que pensamos en usted damos gracias a Dios.
Fraternalmente en Cristo, Charles F. Stanley
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