Leer | PROVERBIOS 2
22 de octubre de 2012
Aunque la tentación de infringir en nuestra posición amenaza a todo creyente, no tenemos que ceder ante ella. Si somos conscientes del peligro y entendemos las consecuencias finales, podemos tomar la decisión de estar vigilantes en obediencia al Señor.
El primer paso para combatir esta situación es entender por qué es tan tentador. Es fácil ceder ante la presión de los demás para que tomemos parte en lo que sabemos que Dios ha prohibido, para evitar el rechazo. Pero cualquiera que esté decidido a vivir una vida agradable a Dios, debe estar dispuesto a soportar la persecución (2 Ti 3.12). Otras veces accedemos a actividades que violan nuestra conciencia, solo para evitar el conflicto, pero lograr la paz no debe ser a costa de sacrificar la obediencia a Dios.
No obstante, esta tentación no siempre viene de los demás. De hecho, Santiago 1.14 dice que somos atraídos cuando nos dejamos llevar por nuestra propia concupiscencia. ¿Cuántos cristianos han caído en la inmoralidad sexual o la pornografía al ceder ante una segunda mirada? La codicia también nos lleva a cambiar nuestra postura. Si usted miente en su declaración de impuestos, o se lleva algunas pertenencias de la oficina, ha pasado por encima de la línea de obediencia a Dios. Base sus decisiones en la verdad bíblica.
Para permanecer firmes y no ceder ante otras posturas debe hacer de la Biblia su norma de conducta. Si usted comienza cada día meditando en su Palabra, Él guiará sus pasos. Cuando el Espíritu Santo le da una advertencia, obedezca de inmediato. Acceder a la tentación abre una puerta a Satanás.
Dios te bendiga!
Amen
|
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cad...
Comments
Post a Comment