Leer | 1 PEDRO 1.6, 7
31 de julio de 2012
Dios está actuando constantemente en nuestras vidas. Aun en los tiempos de adversidad, Él quiere lograr algo grande y bueno. ¿Cómo afecta esto nuestra respuesta? El pasaje de hoy nos enseña que debemos decidir alegrarnos en tiempos difíciles. Esto no significa que tenemos que estar felices por la dificultad en sí. En vez de eso, se tiene el gozo de acercarse al Señor y de creer firmemente que, por su poder redentor, Él nos está preparando. Si su respuesta a las pruebas es la ansiedad, el enojo o la depresión, la idea de estar alegre en medio de una situación negativa, no parece lógica. Pero, si ve más allá de lo superficial, descubrirá que este mandato bíblico tiene sentido por varias razones.
Por lo general, nuestra reacción natural frente al dolor es correr en la dirección opuesta lo más rápidamente posible. Pero Dios quiere enseñarnos a ser fuertes para soportar —al igual que un corredor desarrolla fortaleza mediante el entrenamiento—, de modo que podamos sacarle provecho a lo que Él está haciendo en nuestros corazones. El Señor utiliza las pruebas como un fuego purificador, para darnos mayor madurez espiritual. Cuando nos demos cuenta de que estamos siendo perfeccionados por las adversidades, comenzaremos a enfrentar los tiempos de dificultad con la confianza de que Él siempre quiere lo mejor para nosotros.
Aunque la perspectiva del mundo ve como ingenua la esperanza y el gozo en medio de las dificultades, la perspectiva espiritual entiende que podemos ser llenos de un gozo sobrenatural, sabiendo que el Señor nos está convirtiendo en guerreros espirituales capaces de transformar al mundo.
Dios te bendiga!
Amen
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y y
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