Leer | SANTIAGO 4.8
6 de agosto de 2012
Tengo un amigo que por cierto tiempo fue consumidor de drogas. Hace poco, su familia se dio cuenta de que esta actividad había cesado, aunque él no la había dejado deliberadamente. ¿Por qué se preguntaban pareció desaparecer su deseo de seguir comprando más droga?
La razón era que mi amigo estaba más satisfecho con el Señor. Ya no necesitaba lo que el mundo le ofrecía para sentirse bien. ¡Qué ejemplo tan excelente de crecimiento en Cristo!
Además de encontrar satisfacción en Dios, hay muchos otros indicadores de crecimiento que son evidentes para el creyente. Por ejemplo, perdonar se vuelve más fácil con el tiempo. Pensemos en nuestro Salvador, quien pidió a Dios que perdonara aun a quienes lo habían crucificado.
Asimismo, a medida que maduremos, nuestra fe aumentará. Dios nos ama, y con misericordia y delicadeza desarrolla nuestra confianza en Él.
Otra señal de un caminar más estrecho con Cristo es un interés mayor por la condición espiritual de los demás. Y, por último, a medida que nuestra relación con el Señor se profundiza, tendremos más deseos de obedecerle. Este deseo no nace del temor, sino del amor a nuestro Padre Celestial. Del mismo modo, cuando pequemos, tendremos un corazón contrito y humillado.
¿Está usted satisfecho espiritualmente? ¿O tiene un hambre cada vez mayor e insaciable de Jesús? Si piensa que ya ha caminado lo suficientemente con Cristo, está cometiendo un terrible error. Se está perdiendo de la gran plenitud y emoción que se experimentan al estar cerca de Él.
Dios te bendiga!
Amen
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Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa , y que no haya entre vosotros divisiones , sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer . Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y y
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